lunes, 19 de noviembre de 2007

Vitrales




En la antigüedad el ser humano aprendió a hacer vidrio, a partir de arena transformada por el fuego, y después pudo colorearlo añadiéndole sales metálicas y óxidos . Durante la Edad Media lo integró a la arquitectura, con el fin de crear ambientes sobrenaturales en el interior de las iglesias. Desde entonces, los arquitectos aprendieron a manipular con luz y color el espacio interior de los edificios dedicados al culto religioso. Los vitrales o vidrieras, es decir las composiciones hechas con vidrio de colores que decoran grandes ventanales, tuvieron su auge entre los siglos XIII y XV en Europa, cuando maduró el estilo artístico gótico.
La máxima creación del estilo gótico son las catedrales que comenzaron a construirse a lo largo de Europa. Estas catedrales se caracterizaron por su enorme altura, ligereza y luminosidad. Uno de los grandes logros de la arquitectura gótica fue que consiguió reducir el grosor de los muros de los edificios religiosos, facilitando la apertura de grandes ventanales en varias alturas. Así las paredes se sustituyeron por vitrales (también llamados vidrieras) que ilustraban escenas bíblicas para cumplir dos propósitos: promover el aprendizaje religioso a través de imágenes; y creaban un ambiente que envolvía al feligrés, estimulando en él un sentimiento místico ante la “luz divina” manifestada en la luminosidad.

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