lunes, 19 de noviembre de 2007

Miniaturas






En los manuscritos y libros ilustrados de la Edad Media, las miniaturas consistían en pinturas o dibujos de figuras pequeñas, incluidas o no en escenas o composiciones, las cuales, en su caso, representaban diversos temas propios de su etapa histórica, como los temas de carácter sacro, similares a los que llenaban los vitrales de las catedrales e iglesias en el arte románico y en el primer arte gótico. Al final del periodo gótico ya en el umbral del Renacimiento o la Edad Moderna, los manuscritos ilustrados se llenan de temas civiles : profanos y galantes, a la vez que alcanzan su mayor apogeo con un nivel de calidad excelente y una amplia difusión internacional, principalmente a través de las cortes de la nobleza europea.
En los márgenes de las páginas de los manuscritos era frecuente que las distintas escuelas de pintura incluyeran distintos motivos ornamentales, los más conocidos son los dibujos y composiciones encajadas en las letras iniciales o los dibujos que separan las columnas de texto mediante motivos que representan : arquitecturas pintadas, varios dibujos de arabescos o de tallos con formaciones vegetales que se enroscan por los márgenes de las páginas.
El arte de los retratos en miniatura
Los retratos en miniatura, así como otros géneros en miniatura (escenas cortesanas, paisajes...), , se desarrollaron a partir del siglo XVI. Consistían en retratos o pequeños cuadros encajados en diversos objetos como medallones, relojes de sobremesa, joyeros u otros objetos similares. El marco de los retratos, con frecuencia es un medallón ovalado.
Este nuevo tipo de pintura en miniatura se realizaba en una gran variedad de técnicas pictóricas como óleo sobre cobre, estaño, esmalte o marfil, aguadas sobre pergámino o cartulina, o desde el Siglo XVIII acuarelas o aguadas sobre marfil.
Grandes pintores como Goya y Fragonard hicieron de los retratos en miniatura una faceta más de su actividad. Hubo pintores que se dedicaron a este arte casi en exclusividad. En el siglo XIX, con el desarrollo de la fotografía se inició la decadencia de este arte.
En Inglaterra se desarrolló como una forma o técnica independiente del resto de la pintura, a partir de la obra de pintores como Holbein el joven, Isaac Oliver y S. Cooper el cual alcanzó, en este arte, la perfección.
En Francia tuvieron relevancia pintores como J. Petitot que retrato en forma exquisita al rey Luís XIV y a los personajes de la Corte, así como Jacques Augustin o J.B. Isabey en la etapa de Napoleón
El retrato ovalado del Archiduque de Carlos de Austria, (pretendiente al trono de España cuando la Guerra de Sucesión), obra de Pere Crosells, destaca en la producción del Reino de Valencia que fue uno de los tomaron partido por él.

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